ambulance dedication
Por Nativia Bühler
Iranian missile hits home for disabled children

El ICEJ se siente honrado de acompañar a algunos de los niños más vulnerables de Israel tras los recientes bombardeos con misiles de Irán; niños cuyas vidas dependen de cuidados constantes, apoyo médico y estabilidad en sus frágiles vidas. Se trata de niños con graves discapacidades físicas y cognitivas. Muchos no pueden hablar. Algunos deben ser alimentados a través de sondas o dependen de máquinas para respirar. La mayoría pasa el día en silla de ruedas y todos necesitan atención especializada las 24 horas del día.

Para estos niños, la calma y la previsibilidad no son lujos, sino salvavidas. Sus frágiles progresos en movilidad, comunicación e interacción dependen de rutinas cuidadosamente estructuradas. Incluso una pequeña alteración puede dar al traste con años de terapia. En situaciones de conflicto, advierten UNICEF y la Organización Mundial de la Salud, los niños discapacitados se enfrentan a los riesgos más graves: deterioro médico, traumatismos y pérdida de las capacidades que tanto les ha costado adquirir.

En junio de 2025, esas advertencias se hicieron realidad. Un misil impactó contra un centro de acogida que albergaba a 300 niños y jóvenes. Las ventanas se hicieron añicos. Los techos se derrumbaron. Equipos médicos y terapéuticos esenciales (camas, ascensores, monitores, máquinas de hidroterapia) quedaron destruidos. Una querida “sala snoezelen”, antaño llena de colores y sonidos que calmaban a los niños con autismo y necesidades complejas, quedó en ruinas. Las colchonetas blandas y las herramientas sensoriales quedaron sepultadas bajo cristales y escombros.

Y sin embargo, en medio de la devastación, también hubo valentía. Gracias a una rápida respuesta de emergencia, no se perdió ni un solo niño. Los cuidadores bajaron a los niños frágiles por las escaleras, algunos aún conectados a dispositivos médicos, negándose a dejar a nadie atrás. Su valentía convirtió una tragedia potencial en lo que un cuidador llamó “una serie de milagros”.

En pocas semanas surgieron nuevas rutinas:

  • 101 niños de guardería fueron reubicados en un edificio residencial más seguro.
  • 70 niños fueron trasladados a un aparcamiento subterráneo reconvertido en guardería.
  • 100 alumnos en edad escolar continuaron la terapia en un ala de hidroterapia adaptada.

Pero estas medidas de emergencia tuvieron un coste imprevisto. Sin tiempo para prepararse, se agotaron los fondos para adaptaciones temporales, mientras que los equipos vitales destruidos deben sustituirse urgentemente.

El año pasado, ICEJ ayudó proporcionando una ambulancia especializada para el centro, que sigue salvando vidas hoy en día. Ahora, volvemos a tener el honor de actuar: patrocinando 14 nuevas camas de enfermería, un elevador de pacientes montado en el techo y la reparación urgente de equipos dañados.

La ayuda gubernamental cubrirá la reconstrucción estructural, pero no sustituye a las herramientas de las que estos niños dependen a diario. Este proyecto afecta directamente a 300 niños y sus familias. No pueden abogar por sí mismos. No pueden hacer campaña por sus necesidades. Dependen enteramente de la compasión de otros -de nosotros- para que les demos la dignidad de una cama segura, la posibilidad de terapia y un entorno que les permita aprender, crecer y volver a sentirse seguros.

“Estamos realmente abrumados por la generosidad de sus amigos”, compartió un líder del centro. “Es un faro de esperanza para nosotros”.

El ICEJ mantiene su compromiso de restaurar no sólo los edificios, sino también la paz y la estabilidad que estos niños necesitan para prosperar. Con tu ayuda, podemos sustituir el equipamiento que los sustenta y reconstruir un mundo en el que puedan aprender, crecer y, simplemente, volver a sentirse seguros.

Juntos, demos a los niños más vulnerables de Israel un futuro lleno de dignidad, consuelo y esperanza. Apoye hoy este proyecto en: help.icej.org/es/crisis