
Declaración del ICEJ sobre los peligros y defectos de reconocer un Estado palestino
Date - 26.8.2025El actual impulso diplomático de los miembros de la comunidad internacional para reconocer un Estado palestino sin el consentimiento israelí está mal concebido y plagado de defectos y peligros. En primer lugar, obstaculizó los recientes avances hacia un alto el fuego y un acuerdo de intercambio de rehenes en Gaza, ya que los dirigentes de Hamás se dieron cuenta al instante de que podían endurecer sus exigencias y aun así obtener la condición de Estado. También abandonó a los rehenes israelíes restantes a las crueles manos de Hamás, que está matando deliberadamente de hambre a los rehenes que siguen vivos.
Esta campaña equivocada, si continúa, también socavaría gravemente la paz y la estabilidad en Oriente Medio y erosionaría el derecho internacional establecido que ha servido bien a la comunidad de naciones en los tiempos modernos. Además, supondría una ruptura radical y problemática con el consenso internacional existente desde hace tiempo, según el cual la mejor forma de resolver el conflicto palestino-israelí es mediante negociaciones directas entre las propias partes.
Este reconocimiento unilateral de la estatalidad palestina en este momento fracasa por múltiples razones:
1) Tras las masacres terroristas del 7 de octubre, sería una recompensa al terrorismo de Hamás y un gesto grotesco e insensible ante las peores atrocidades cometidas contra el Estado y el pueblo judíos desde el Holocausto.
2) Los palestinos no cumplen los criterios para ser un Estado, ya que no tienen una autoridad única y unificada que controle de forma efectiva los territorios que reclaman. La Autoridad Palestina está plagada de corrupción y ha perdido su legitimidad a los ojos de la mayoría de los palestinos, mientras que Hamás es una milicia terrorista radical e irredimible a la que no debería concederse legitimidad desde ningún punto de vista. Además, la Autoridad Palestina sigue rechazando la existencia de Israel como Estado judío, como demuestran sus medios de comunicación oficiales y sus libros de texto, que siguen negando abiertamente el legítimo lugar de Israel en la región y adoctrinan a las futuras generaciones en el odio y la violencia contra Israel, revelando así sus verdaderas intenciones.
3) El empeño en reconocer la estatalidad palestina en las circunstancias actuales demuestra una profunda ignorancia del actual reparto de papeles dentro de la política palestina. Aunque sigue siendo cómplice de actos de terror, la Autoridad Palestina ha optado en gran medida por emprender acciones legales para deslegitimar a Israel y garantizar la condición de Estado palestino en todo el territorio histórico de Israel, mientras que Hamás ha optado por mantenerse en la vía de la “resistencia armada”, es decir, el terrorismo y la violencia. Al conceder el reconocimiento de un Estado palestino en medio del prolongado conflicto desencadenado por las masacres del 7 de octubre, la comunidad internacional está diciendo a los palestinos que el terror y la violencia dan resultados, reforzando así a Hamás frente a la AP y retrasando los esfuerzos de paz quizá durante generaciones.
4) Israel tiene un derecho legal e histórico superior y una reivindicación de soberanía en los territorios en disputa en relación con los palestinos, que fue debidamente reconocida mediante decisiones vinculantes de la comunidad internacional en la Conferencia de San Remo de 1920 y en el Mandato Británico en Palestina adoptado por la Sociedad de Naciones en 1922.
5) Otorgar el reconocimiento de un Estado palestino sin el consentimiento de Israel no sólo violaría los Acuerdos de Oslo de 1993 -de los que fueron testigos muchas de las naciones que ahora consideran el reconocimiento- sino que también rompería con décadas de resoluciones vinculantes del Consejo de Seguridad de la ONU construidas sobre el sólido principio de las negociaciones bilaterales directas. Tal incumplimiento representaría una grave traición a la confianza de Israel y sacrificaría la inviolabilidad de los acuerdos internacionales en aras de la conveniencia política.
6) Esta medida desbarataría los esfuerzos de paz y desestabilizaría la región al dar a los palestinos falsas esperanzas de que pueden lograr unilateralmente la creación de un Estado al margen de las conversaciones bilaterales directas con Israel.
7) Las naciones europeas que apoyan esta iniciativa diplomática están violando la práctica habitual de la Unión Europea de actuar sólo por consenso en las grandes cuestiones de política exterior, ya que varios Estados miembros de la UE se oponen firmemente a este esfuerzo.
8) Algunas naciones que se plantean esta medida lo hacen por estrechos intereses internos, como Francia, que pretende apaciguar la creciente amenaza de elementos islamistas radicales dentro de sus fronteras.
9) Esta campaña para el reconocimiento de un Estado palestino es una respuesta débil e imprudente a la actual ola de antisemitismo global y sólo añadirá más leña a esta lacra social en todo el mundo, a la que todas las naciones deben enfrentarse ahora con valentía y no con cobardía.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que deseche el desacertado esfuerzo diplomático actual de imponer a Israel la condición de Estado palestino y se centre, en cambio, en la necesidad inmediata de concluir un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes que aborde también la futura administración de Gaza. Dicho acuerdo debe incluir el retorno seguro de todos los rehenes israelíes vivos y fallecidos en Gaza, y el desarme y destierro universal de Hamás.
También hacemos un llamamiento a los cristianos de todo el mundo para que actúen y recen en consonancia con esta postura moral y de principios, y especialmente para que se dirijan a sus comunidades y líderes nacionales en relación con los errores y peligros del reconocimiento unilateral de un Estado palestino. Ahora es el momento de rezar fielmente por la paz de Jerusalén, y de hablar con valentía contra el antisemitismo y a favor de una paz justa construida sobre verdades y principios bíblicos.
Dr. Jürgen Bühler, Presidente de la Embajada Cristiana Internacional de Jerusalén
David R. Parsons, Vicepresidente Senior y Portavoz de la Embajada Cristiana Internacional en Jerusalén
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